jueves, 24 de octubre de 2013

Te alabamos Sócrates.


Como sabéis, Sócrates era un tío que se aburría y cuando se aburría hacía cosas provechosas con su vida, pensar un filósofo muy conocido.

Era un tío potente, aunque un tanto peculiar (y muy feo, según  nos pintan), no se lavaba e iba siempre descalzo, se levantaba al alba cada día e iba a la plaza, donde se reunía con sus discípulos, donde filosofaban, su método era preguntarle a alguien ilustrado en un tema, le decía (con halagos) que necesitaba un entendido en el tema y dicha persona accedía a exponer, posteriormente Sócrates desmontaba su teoría a base de preguntas y con esto le ayudaba a encontrarse y él aprendía, si un pensamiento pasaba la prueba era digno de admirar. Por sus formas lo confundían por Sofista, pero realmente no lo era, puesto que cree en verdades universales.

Murió en un juicio (no sentaba bien eso de que te ridiculicen en la plaza) defendiendo sus propias ideas, le  dieron a elegir su castigo (supusieron el exilio) y pidió remuneración, puesto que el estaba convencido que estaba haciendo un favor a Atenas (y quería meter lío, eso siempre mola) y por ello lo condenaron a beber cicuta (veneno, como se ve en la imagen). Pudo haber escapado cuando se estaba despidiendo de sus discípulos pero como él pensaba que si huía debilitaría Atenas bebió la cicuta "por voluntad".


Con este método nos ayuda a darnos cuenta que las creencias, las ideas que creemos claras no lo son tanto, nos ayuda a autocuestionarnos y a pensar, encontrar la base de nuestros pensamientos y ser capaces de autodefendernos, muchas veces aceptamos la idea de la mayoría por el simple hecho de que "la mayoría tiene la razón, son mayoría" aunque realmente no está tan claro. Por ejemplo, ¿Y si la mayoría piensa que la solución a nuestros problemas es una bomba nuclear? Por mucho que lo piense la mayoría, espero que coincidáis conmigo (oh gran sabio) que esto no es así.

Nos enseña a pensar y defender nuestras ideas ante los demás, esto nos hace más ricos (de mente), básicamente, la persona de a pie (los que vuelan molan más) suele pensar (sí, aunque poco) que no es posible llegar a ser filósofo, que eso es de gente de élite, cuando lo único que hay que hacer es eso, pensar, cultivar la curiosidad, ser capaz de cuestionar y aprender, todos, con un poco de práctica, podemos. Si todos viviéramos con las ideas más claras, seguramente seríamos mucho más felices.

Bueno, con esto y un bizcocho, aquí os dejo el vídeo (la primera de 3 partes):