miércoles, 7 de noviembre de 2012

23.-Gemelos (El hombre que confundió a su mujer con un sombrero) Oliver Sacks


Pues resulta que tengo que hacer una entrada mensual (por lo menos) para este blog de filosofía y he decidido leerme el capítulo Gemelos, de El hombre que cofundió a su mujer con un sombrero, de Oliver Sacks (a falta de Musicofilia :,) ) y he decidido hacer una entrada sobre el mismo.

23.-Gemelos

Este capítulo trata sobre dos gemelos, ambos autistas, con las mismas lesiones cerebrales. Tienen una capacidad asombrosas para los números, son capaces de averiguar en qué día cayó una cualquier fecha y la fecha de Pascua de cualquier año, además de una gran capacidad memorística para los números, ya sean de tres, treinta o trescientas cifras. Lo más sorprendente de todo, es que no saben calcular, son incapaces de hacer una simple suma o de entender el concepto división o multiplicación, aun así son capaces de calcular las fechas del calendario y Pascua, ni un gran matemático (Carl Friederich Grauss) fue capaz de encontrar un algoritmo para saber el día en el que cae la Pascua, por lo tanto se piensa que es una cualidad innata que tienen.

También pueden contar el tiempo meteorológico y los acontecimientos que ocurrieron en cualquier día de sus vidas, pero los cuentan sin alterarse, como si carecieran de emociones o sentimientos. Tienen una memoria que podría ser ilimitada, pero lo más fascinante es que afirman "verlo", con extraordinaria intensidad.

Una anécdota que se cuenta en el capítulo es la de un músico, Sir Herbert Oakley, el cual escuchó gruñir a un cerdo y al instante dijo: "¡Sol sostenido!"- y efectivamente esa era la nota, algo así podría estar ocurriendo con los gemelos.

En una ocasión, el autor ve como, cuando está con los gemelos, se caen unas cerillas, y al instante ambos gemelos dijeron: "111"- y posteriormente John dijo "37", Michael dijo "37" y John volvió a decir "37". Tras contar las cerillas observó que realmente había 111, y no solo eso, los gemelos, sin saber hacer cálculos matemáticos, acababan de descomponer el 111 en factores primos. Al preguntarles cómo lo habían hecho, contestaron que ellos "lo veían", simplemente, lo que lleva a pensar que los gemelos ven el número "111" como unidad, cuando vieron caer las cerillas.

Otro suceso que comprobó con los gemelos lo descubrió por casualidad; un día los vió hablándose entre ellos, diciéndose números, cuando el otro escuchaba el número se quedaba pensativo y parecía deleitarse con él, tras eso, era su turno de decir número y así sucesivamente. Este extraño suceso dio que pensar a Oliver Sacks, y se dió cuenta de que se estaban diciendo números primos entre ellos, como si esos números tuvieran un significado para ellos, o los disfrutaran. La siguiente vez, Oliver se unió a ellos y ellos (con una tabla de números primos), y, aunque desconfiados, siguieron con su juego, al cual Oliver aportó un número primo de 10 cifras (ellos se intercambiaban de hasta 8), ambos vieron que él había entendido el juego y además había aportado un número "deleitoso", así que le dejaron jugar (el número lo sacó de las tablas), ellos, rápidamente empezaron a jugar con cifras más altas, números primos de hasta 20 cifras (los cuales no estaban ni recogidos en ellas).

Esto aporta que los gemelos debían tener un complejo mecanismo que les permitía saber números primos, lo fascinante es que no existe ningún proceso para elaborar números primos y ellos lo estaban haciendo, los números para ellos debían tener una cierta armonía, como la música, tienen un enfoque icónico de los números, para

ellos debían tener un significado, como una "visión", una armonía, una percepción numérica que para nosotros no existe, pasa desapercibida, es un talento que
pocas personas poseen.


Lo extraordinario es que ellos son incapaces de cualquier cálculo mental, sin embargo hacen complejos cálculos inconscientes, para ellos los números les eran como amigos conocidos. Pongo un ejemplo del matemático Wim Klein (el cual está en el libro): «los números son para mí como amigos, más o menos. ¿Para usted no significa lo mismo, verdad, 3844? Para usted es sólo un tres y un ocho y un cuatro y un cuatro. Pero yo digo: «¡Qué hay, 62 al cuadrado!».

Era evidente que los números eran algo muy importante en sus vidas. En 1977 los separan para intentar integrarlos en la sociedad, para conseguir un trabajo, etc. Sin embargo, realmente eso que pretendía ser un favor era un castigo, pues, al estar separados, acabaron perdiendo su facultad de "cálculo", lo cual se consideró un sacrificio menor, puesto que se habían integrado, y realmente no lo era, ya que las relaciones numéricas eran su vida.

-En esta historia me fascinan varias cosas; una es la capacidad de los gemelos de hacer "cálculos" tan complejos sin ni siquiera saber calcular, no saben efectuar una mera suma y desconocen cualquier término matemático, la idea de que los
números, las proporciones (porque los números
en realidad nos los hemos inventado) les provoquen cierta armonía inconsciente, y, (perdonadme pero es que no puedo evitarlo) como compara esa armonía con la música, esa armonía inconsciente, un acorde mayor suena "alegre" mientras uno menor suena "triste", el V acorde de
la progresión, de séptima dominante pide a gritos desembocar en el tono, y no sabemos por qué, es instintivo, pero no tiene lógica, aunque, pensándolo mejor, ¿no es más bonito así? Después a lo mejor descubrimos que resulta que las ondas, al chocar provocan cambios químicos en nuestro cerebro, pero... A lo mejor eso le quita entusiasmo, es lo bonito de la curiosidad no satisfecha. Y bueno, que no os enteráis de nada, dejadme con mi música, y si creeis que no tiene relación con los números, hay músicos que han usado el número áureo para hacer progresiones en canciones. No me extiendo más, espero que esta entrada haya sido de interés...



Encuentra tu pasión y síguela, tu curiosidad, tu "amor" por las cosas
que haces te llevará lejos, cuídalo.









 Escrito por un "filósofo" mediocre que piensa por gusto, de esos raros... ¿Quién sabe? Puede que algún día adquiera la talla de alguno medio decente...